Mira lo que Dios hará a los fornicadores.
Las leyes divina del matrimonio.
matrimonio
Tal como está escrito; el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y son una sola carne.
Por tanto, lo que Dios ha unido, que nadie lo separe."
Por ley la mujer casada está ligada a su marido mientras éste vive, pero si su marido muere, ella queda liberada de la ley que la une a él. Así, pues, si ella tiene relaciones sexuales con otro hombre mientras su marido aún vive, se la llama adúltera. Pero si su marido muere, ella queda libre de esa ley y no es adúltera si se casa con otro hombre.
Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra mujer, comete adulterio contra ella. Una esposa no debe separarse de su marido. Pero si lo hace, debe permanecer soltera o reconciliarse con su marido. Y el marido no debe divorciarse de su mujer.
Preguntaron, ¿por qué "Moisés ordenó que un hombre le diera a su esposa un certificado de divorcio y la despidiera?" Jesús respondió: "Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres porque vuestros corazones estaban duros. Pero no fue así desde el principio. Os digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra mujer, comete adulterio." Los discípulos le dijeron: "Si esta es la situación entre marido y mujer, es mejor no casarse".
Jesús respondió: "No todos pueden aceptar esta palabra, sino sólo aquellos a quienes ha sido dada. Porque hay eunucos que nacieron así, y hay eunucos que otros han hecho eunucos, y hay quienes eligen vivir como eunucos por el reino de los cielos. Quien pueda aceptar esto, que lo acepte.
Es verdad: Cualquier mujer casada que se acuesta con otro hombre ya está muerta. (Cualquiera que se divorcia de su mujer, excepto por causa de fornicación, y se casa con otra mujer, comete adulterio.") Esto es una prueba de que el que se divorcia de su mujer por causa de fornicación, no cometió adulterio. Porque su mujer está casi muerta.
"'Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro, es decir, con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte.
El hombre que comete adulterio no tiene sentido; quien lo hace se destruye a sí mismo. Golpes y deshonras son su destino, y su vergüenza nunca será borrada. Porque los celos despiertan la ira del marido, y éste no tendrá piedad cuando se venga. No aceptará ninguna compensación; rechazará un soborno, por grande que sea.
¿Y un hombre que cometió fornicación con una doncella?
Continuará,,,,,, .
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